El arte del cartel al servicio de una ideología

El acelerado desarrollo de las nuevas tecnologías para las comunicaciones, la publicidad co­mercial y la política, ha limitado el interés por los carteles impresos. Actualmente, su importancia se limita al diseño de carteles de cine, la ópera, el teatro, espectáculos culturales en general que se imprimen cantidades limitadas, tal vez, con el propósito de aumentar su valor monetario para venta a los coleccionistas interesados en estos carteles.

En algunos momentos hemos sentido la nostalgia de aquellos “anti­guos” afiches con anuncios de las novedades de la moda, las cervezas, jabones, ta­bacos o de los per­fumes franceses que veíamos en tiendas y en los establecimientos comerciales o en las paredes y columnas de los portales de los edificios coloniales de La Habana. Recuerdos en papeles impresos que se con­­servan, principalmente, por su valor artístico o por la ingenuidad del dibujo o por la foto utilizada en el diseño, que muchas veces nos hacen sentir placer cuando los observamos detenidamente.

Pero, en ciertas ocasiones hemos cerrado los ojos para no leer los textos con los mensajes políticos y poder disfrutar con placer los recuerdos que llegan a nuestra mente a través de la belleza de la gráfica. Los miramos como si fueran hojas de papeles amarillentos impresos con bellas imágenes folclóricas.

El arte del cartel al servicio de una ideología, no es un libro de la Historia del Cartel Cubano ni de Historia del Arte, ni pretender serlo. Pero sí es un libro para resaltar el valor artístico del cartel comer­cial y publicitario de la década de los años treinta hasta llegar a 1958, reviviendo la “la nostalgia” con copias esos “an­tiguos” carteles.

En el libro también se desempolvan los carteles políticos diseñados a partir de 1959 creados por destacados artistas plásticos y diseñadores gráficos que sucumbieron al servicio de un régimen autocrático con el poder absoluto y a la ideología comunista.

El arte del cartel al servicio de una ideología, no hablará de las influencias extranjeras en el arte del cartel cubano, ni hará valoraciones ni comparaciones acerca de la calidad de la gráfica de ninguno de los dos períodos de tiempo; es decir, República y régimen socialista.

El libro está ilustrado con carteles de ambos períodos, pero dedica la mayoría de sus páginas al arte en los carteles comerciales, turísticos, de cine y eventos culturales de las décadas de los años treinta y cincuenta. Décadas generalmente excluidas de la Historia del Arte por los medios de comunicación oficiales de Cuba.

En las páginas dedicadas al período revolucionario, están ilustradas con reproduciones de los carteles políticos de varios años destacando principalmente aquellos que tienen implícito en las imágenes un llamando a la sublevación, a la insurrección armada en diferentes países, independiente del valor artístico que puedan atribuir a la gráfica o al diseño del cartel. Verán los carteles políticos diseñados por los artistas más destacados de las artes plásticas en Cuba en el período de la Revolución. ¿Comprometidos o no con el sistema socialista? ¿Conscientes o no de las obras que crearon?

El objetivo de libro no es emitir juicios políticos o comentarios contra los artistas cubanos que diseñaron o dibujaron los carteles. Los escritos y opiniones del autor están relacionados con los mensajes marxistas-leninistas transmitidos por el régimen cubano desde 1959 hasta la fecha.

Con los carteles que se reproducen en el libro, son suficientes para que el lector pueda valorar o juzgar, según su criterio, el legado que nos dejaron en sus carteles los artistas y diseñadores cubanos en ambos períodos.

 

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